Vamos a compartir con vosotros una filosofía milenaria, procedente del Hinduismo y del Budismo, que aporta su punto de vista y posible solución a las preguntas que acabamos de plantear.
Hace más de 2.000 años, en los libros sagrados hinduistas escritos en sánscritos (me voy a ahorrar los nombres impronunciables que tienen :)), se recoge la existencia de 6 puntos de energía repartidos en el cuerpo humano. Estos puntos energéticos se conocen como Chakra (rueda, en sánscrito) y canalizan la energía del cosmos a través de nuestro cuerpo. Posteriormente, en el siglo XIX, Arthur Avalon publica su libro The Serpent Power, donde habla de los Los 7 Chakras, dando así nacimiento a la creencia de la existencia de 7 puntos energéticos en el cuerpo humano.
Según esta filosofía la misma energía que fluye a través de nuestra vida, es la que fluye en nuestro interior. Los 7 Chakras interactúan con esta energía universal y van formando los diversos aspectos de nuestra vida. Hay 7 Chakras princpales y varios secundarios que corresponden con los puntos de acupuntura. Cada uno de ellos se asocia con alguna de las glándulas endocrinas dentro del cuerpo físico.
Cada Chakra posee unos atributos únicos y tiene asociado un color, una nota musical y una vibración específica. Gracias a las propiedades físicas de los minerales y piedras semipreciosas, constituidas en el proceso geológico de su formación, estos pueden canalizar energía. Es ahora cuando unimos las propiedades energéticas de las piedras semipreciosas con los puntos energéticos de nuestro cuerpo, y aprovechamos la capacidad de canalización energética de los minerales para ayudar a desbloquear los Chakras y que fluya de nuevo nuestra energía vital. De este modo, cada Chakra tiene asociado una piedra semipreciosa que ayuda a canalizar la energía de ese Chakra en concreto.
Estos centros de energía se extienden en forma de remolinos por el campo energético que rodea el cuerpo físico y está compuesto por capas sucesivas de energía que vibran a frecuencias cada vez más elevadas. Cada uno de los Chakras tiene una parte frontal y una parte posterior, excepto el primero y el séptimo. Todos ellos están unidos por un canal energético que corre a lo largo de toda la espina dorsal.
Funciones principales de los Chakras:
- Revitalizar cada cuerpo aural o energético y con ello el cuerpo físico
- Provocar el desarrollo de distintos aspectos de la autoconciencia, pues cada Chakra está relacionada con una función psicológica específica
- Transmitir energía entre los niveles aurales ya que cada capa progresiva existe en octabas de frecuencia siempre crecientes.
Cuando el funcionamiento de los Chakras es normal, cada uno de ellos estará abierto, girando en el sentido de las manecillas del reloj para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de energía universal ( energía que también se ha llamado chi, prana u orgón). Cuando el Chakra gira en sentido contrario a las agujas del reloj, la corriente fluye del centro hacia fuera, con lo que interfiere el metabolismo. Por tanto, se dice que el Chakra está cerrado o bloqueado a las energías que llegan.
La mayoría de las personas tienen tres o cuatro Chakras que giran en sentido contrario en un momento determinado. Como los Chakras no sólo son metabolizadores de la energía, sino que también la detectan, sirven para proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea. Si bloqueamos algún Chakra, no dejamos que entre la información. Por tanto, cuando nuestros Chakras fluyen en sentido contrario a las agujas del reloj, hacemos salir nuestra energía enviándola al mundo, detectamos la energía que hemos enviado y decimos que eso es el mundo. Es lo que en psicología se llama Proyección.
La realidad imaginaria que proyectamos al mundo guarda relación con la "imagen" que nos hemos formado de aquél a través de nuestras experiencias infantiles, a través de la mente del niño que fuimos. Dado que cada Chakra está relacionado con una función psicológica específica, lo que proyectamos a través de cada uno de ellos estará dentro del área de funcionamiento de dicho Chakra y será algo muy personal, ya que la experiencia vital de cada persona es única.
El tamaño y el brillo de las ruedas varían con el desarrollo individual, la condición física, los niveles de energía, el estado de ánimo, la enfermedad o el estrés.
Si no se equilibran los Chakras, el individuo puede sentirse decaído, cansado, de mal humo o deprimido. No solo las funciones corporales físicas se verán afectadas manifestándose como enfermedades, los procesos de pensamiento y la mente también pueden verse afectados. Una actitud negativa, el miedo, la duda, el desánimo, etc. puede preocupar al individuo.
La mayoría de nosotros reaccionamos a las experiencias desagradables bloqueando nuestro sentimiento, limitando una gran parte de nuestra energía natural. Esto afecta a la maduración y el desarrollo de los Chakras. Cada vez que una persona se bloquea con cualquier experiencia que está teniendo, ocasiona una especie de choque contrario en la vuelta de sus Chakras, que eventualmente se desfigura perdiendo su propio ritmo. Cuando los Chakras están funcionando normalmente, cada uno estará abierto, girando en sentido horario para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de la energía universal.
Como ya se mencionó los desequilibrios que existen dentro de cualquier Chakra pueden tener profundos efectos en cualquiera de nuestros cuerpos físicos o emocionales. Somos capaces de utilizar nuestros cristales cuarzo y piedras preciosas para volver a equilibrar todos nuestros centros de Chakras y una vez que el Chakra ha sido debidamente equilibrado entonces nuestro cuerpo volverá gradualmente a la normalidad.
Cristales y piedras preciosas responden a la electricidad que corre por nuestro cuerpo, y si la energía es lenta, las constantes vibraciones eléctricas de las piedras ayudan a armonizar, equilibrar y estimular estas energías.
El uso de cristales de cuarzo sobre nuestro cuerpo es indispensable para mantener el equilibrio en nuestros poderosos centros energéticos.
En BBté disponemos de pulseras de Chakras hechas por una persona budista, que al hacerlas recita un mantra especial para las energías y la positividad.
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