La soja es una legumbre emparentada con las judías y los guisantes, y que en occidente no conoceríamos sino fuera porque es un cultivo que en EE.UU. ha sabido rentabilizarse muy bien, dado que es una planta todoterreno, que no solo acepta las modificaciones genéticas sino que crece muy bien a pesar de que sean terrenos de poco regadío.
Sus granos se utilizan para casi todo y a pesar que puedas pensar que no es un ingrediente en tu dieta habitual, prácticamente todos los alimentos procesados la contienen en su composición, ya sea en forma de lecitina, como aditivo E322 o E471, como mono o diglicéridos. Las cantidades que se usan como aditivos son realmente pequeñas y normalmente son derivados de soja transgénica.
Mientras la precaución nos aconseja no señalar un alimento como milagroso o diabólico, por diversas razones creemos que sí tiene sentido señalar a determinados sistemas de producción como culpables de numerosos trastornos en la salud de consumidores y de la contaminación del planeta.
Los cultivos transgénicos llevan tras de sí un historial de análisis, estudios e investigaciones nada esperanzadoras y una serie de sospechosos procedimientos a nivel legal que nos han convencido de que consumir cultivos transgénicos o ganadería alimentada con semillas transgénicas, no es una buena idea.
El problema con la soja es que se trata de uno de los productos más cultivados mediante manipulación genética para que resista la acción de los pesticidas. La soja transgénica no sólo está poniendo elementos tóxicos en nuestra mesa y contaminando el planeta, sino que además enferma a las miles de personas que trabajan en estas explotaciones agrícolas o viven a sus alrededores, debido a las masivas e intensivas fumigaciones y empobrece a las pequeñas plantaciones de todo el mundo.
¿Es tan beneficiosa como nos venden?
- En 2004, the Journal of the American Medical Association, informaba que las isoflavonas no mejoran los niveles de colesterol, función cognitiva o la densidad mineral ósea.
- En 2005 se revisaron 200 estudios sobre la soja y se encontraron evidencias muy limitadas para los supuestos beneficios para la salud.
- en 2006 la American Heart Association, reconoció que estaban equivocados en sus anteriores recomendaciones sobre los beneficios de tomar soja cuando, revisando 22 ensayos, no existían pruebas sólidas de que la soja tenga beneficios específicos para la salud del corazón o para disminuir el colesterol. En la prevención del cáncer de mama, endometrio y próstata, no se garantiza la eficacia o la seguridad de usar isoflavonas pero sí advierten de sus posibles efectos adversos. Tampoco hay evidencias que ayude en la pérdida de peso.
Efectos Adversos: Problemas Hormonales
Las famosas isoflavonas de la soja son compuestos vegetales (fitoestrógenos) que imitan el estrógeno (hormona sexual femenina). Las mujeres pueden tener problemas o incluso dejar de menstruar si consumen soja a diario durante años. Su consumo en hombres supone menor cantidad de testosterona, con un descenso importante en la libido.
La soja es un alimento cuyo consumo promueve el agrandamiento de la tiroides y la formación del bocio. Esto significa que ralentiza la función de la tiroides y muy a menudo se desarrolla hipotiroidismo de tipo inmune y además en este caso da igual que sea soja fermentada o sin fermentar. La formación de bocio afecta en mayor grado a personas mayores.
Quien toma soja intentando perder peso debería saber que cuando se altera el normal funcionamiento de la tiroides ralentizándolo como es este caso, se gasta menos energía, lo que supone mayor dificultad para perder peso y normalmente se ganan unos kilos adicionales comiendo la misma cantidad y los mismos alimentos.
Para evitar futuros problemas de hipotiroidismo, asma y alergias, es aconsejable no alimentar a los niños con leches o papillas que contengan soja. Para las niñas supone un mayor riesgo de cáncer de mama, enfermedades vasculares, reglas con mayor sangrado, dolor o molestias, mayor dificultad para concebir.
Además estos productos suelen tener mayor cantidad de cadmio, manganeso y aluminio que las leches materna o de vaca, el exceso de manganeso se relaciona con el déficit de atención.
Provoca a nivel digestivo, molestias gástricas graves y al reducir la digestión de las proteínas puede provocar deficiencias en la absorción de aminoácidos y la formación de colágeno. Bloquean la absorción de minerales esenciales, como el hierro, calcio o zinc (necesario para el desarrollo y funcionamiento del cerebro y sistema nervioso)
Las evidencias negativas más estudiadas sobre la soja son las relacionadas con el cáncer, en especial el de mama. La soja aumenta la tasa de crecimiento de células en el cáncer de mama porque aumenta la actividad de la progesterona.
Si nos paramos a pensar quién nos ha convencido que la soja es un alimento beneficioso, nos daremos cuenta que tras esas falsas aseveraciones siempre hay un intento de vendernos algún producto, suplemento, yogur, etc... Y a pesar de la cantidad de evidencias científicas en contra, la soja es un negocio que mueve billones y levanta economías como la de Argentina.
La moda de los "alimentos milagro" es cuanto menos sorprendente. Primero alguien aparece diciendo que no sé qué cosa lo cura todo y, entonces, todo el mundo enloquece y ya no podemos vivir sin consumir esa cosa. Luego alguien sale diciendo que no, que era mentira, que en realidad es muy perjudicial para la salud y se nos queda cara de idiotas y dejamos de consumirlo ipso facto, a la espera de que vuelva a surgir otro alimento al que poder engancharnos. Tan ciegos estamos como para seguir la corriente, ahora aquí y luego allá, sin profundizar ni relativizar la información? Seguramente en esta era con exceso de información que vivimos, no resulta fácil separa el grano de la paja y, por lo tanto, mejor no tomar decisiones precipitadas
- La soja es una legumbre, abundantemente consumida por numerosos pueblos desde hace siglos, no una panacea descubierta en los últimos años. Por lo tanto no puede ser, ni tan buena, ni tan mala.
- Es cierto que la soja tiene sus virtudes y sus inconvenientes, como hemos visto. Por tanto, puesto que años de experiencia avalan su seguridad alimentaria, no tiene por qué tener ningún riesgo para la salud siempre y cuando la consumamos, al igual que todo, con moderación y prudencia.
- Nuestro consejo es que sigas consumiendo soja con moderación. Los productos elaborados a partir de la fermentación de la soja, como el miso, el shoyu o el tamari, son más digestivos y seguramente más beneficiosos para la salud. La leche de soja no es un producto fermentado, pero si te gusta su sabor, seguro que no está mal que te des un capricho de vez en cuando.
- Si se trata de sustituir la leche de la mañana por una bebida vegetal, puesto que la soja tiene algunos inconvenientes por su composición nutricional, hay otras opciones como la bebida de arroz, horchata, leche de almendra, etc. con menos probabilidades de provenir de cultivos transgénicos y además, con excelentes cualidades nutricionales.
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